El éxito del programa "La Voz”, emitido por la cadena Telecinco, es cuanto menos
asombroso. Cuando parecía que los concursos musicales no funcionaban en
televisión, el último programa emitido por este talent show, ha alcanzado 4.899.000
millones de espectadores y ha anotado un 33,9% de share, algo insólito y
muy meritorio en la televisión actual, confirmando el show como uno de los
grandes éxitos de la temporada. Además fue lo más seguido y comentado en las redes
sociales. Un logro que no se conseguía desde hace más de una década con el
programa musical “Operación Triunfo”.
Muchos otros talents se han estrenado a lo largo del tiempo: “factor X”, “Tu cara me suena”, “El Numero
1” y ninguno había gozado del gran éxito que ha cosechado “La Voz” lo que, irremediablemente, nos
lleva a preguntarnos ¿Qué tiene este programa? ¿Cuáles han sido las claves de
su éxito?
Uno de los principales logros del programa ha
sido darle un giro al concepto instaurado por otros talent shows y añadirle
grandes dosis de expectación e incluso crueldad. Ya no son los concursantes los
que deben esperar pacientemente a que el jurado les vote sino qué, a través únicamente
de su voz, deben lograr que algún integrante del jurado se digne a darse la
vuelta para seleccionarle. Esto provocará un interés en el espectador ávido de
saber si el concursante alcanzará el éxito o sufrirá una horrible vejación si ningún
miembro del jurado decide girarse para ver su actuación. Pero ahí no terminan
las novedades. El concursante, una vez seleccionado y a modo de revancha,
tendrá al plantel del jurado implorando por su voz y por formar parte de su
equipo. Una inversión de los roles. Ahora el jurado es el castigado por el concursante,
lo que provoca cierto grado de satisfacción en el espectador. Los jueces pasan
a ser juzgados.
Otro de los factores de su éxito ha sido apelar únicamente
por el talento musical. No hay una academia que forme a los participantes, ni
se les juzga por un físico, tampoco hay un tribunal que dictamine y valore si
tienen talento o no, ni votaciones telefónicas. Solamente lo que importa es la
voz. Es el único instrumento que tiene el concursante para conquistar y llegar a
triunfar. Independientemente si tienes un físico agradable o no, eres mayor o joven,
tienes estudios o no, solamente valorarán tu talento y eso es algo que conecta
con el espectador medio. La igualdad de posibilidades.
La figura de los coaches (entrenadores) es muy
importante dentro del programa. No son meros jueces sentados, valorando que está
bien y que está mal. Ellos se implican, eligen a los integrantes de su equipo y
tratan de llevarlos a la victoria. Son sus mentores. No pueden permitirse elegir
un concursante débil o sin posibilidades, ya que en el mismo momento en que
pulsan el botón de su silla, serán sus padrinos y deberán trabajar con el
concursante durante el tiempo que permanezca en el programa. Cada miembro está
metido en su papel y son cantantes que en algún momento de su trayectoria
artística han alcanzado el éxito, lo que les da cierto grado de credibilidad a
la hora de valorar. Tienen una personalidad claramente definida o teatralizada:
Melendi es quien da oportunidades a todo el mundo, David Bisbal es el más físico
y gestual y quien más se acerca a los concursantes, Rosario Flores es quizás la
figura más dura y apática y Malú la más sensible. Musicalmente también son
figuras variadas: pop, rock, flamenco.
“La Voz”
tiene una realización rápida y muy ágil. No hay valoraciones tediosas ni
momentos que provoquen sopor en la audiencia. Es dinámico y está lleno de
tensión lo que dificulta que el espectador quiera desconectar y cambiar de
canal. El presentador no entorpece ni adquiere demasiado protagonismo, es un
mero narrador y actúa como nexo de unión entre coaches y concursantes.
“La
Voz” toma las bases de un talent show y lo moderniza, con una estructura de
estadio de boxeo, convierte a los jueces en entrenadores y a los concursantes
en contrincantes, cambiando los guantes de boxeo por micrófonos pero con el
mismo objetivo: solo uno puede quedar en el ring. Un ritmo ágil, una constante
comunicación con las redes sociales, la forma en que genera una continua
incertidumbre y una audiencia que cada vez demanda productos más frescos,
rápidos y novedosos han convertido al programa en un enorme éxito de audiencia.
Pese, a que en el fondo, no deje de presentar lo mismo que el resto de talent
shows: un grupo de personas luchando por una carrera musical.
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