domingo, 23 de diciembre de 2012

Las industrias culturales




INDUSTRIAS CULTURALES

El objetivo de estudio del prólogo “las industrias culturales, entre dos siglos” escrito por Enrique Bustamante, es analizar las transformaciones que las industrias culturales muestran en las nuevas redes digitales y en el futuro. Los motivos de elección de las industrias culturales como objetivo de estudio son: -En las décadas previas a las redes digitales, las industrias culturales (cine, tv, prensa...) se confirmaron como sectores de peso en la economía, cultura, política. Informes de la UE indicaban que el crecimiento de este sector es superior al de otros servicios. -Serias preocupaciones sobre los cambios que acarrea la cultura masiva en la identidad nacional y regional, la economía y el empleo. -Las redes digitales están cambiando la cadena de valorización de la cultura y la información. -La producción y control de contenido será la llave estratégica de la era digital. Estos contenidos habrán de basarse sobre la capacidad de generación, producción y difusión cultural de cada país. Considerando en el estudio, la economía, la cultura y la política, necesarias para el desarrollo integral de una sociedad.

Las industrias culturales es un concepto usado para designar a una serie de creaciones simbólicas qué, multiplicadas en numerosas copias en soportes materiales o inmateriales, van al encuentro de sus receptores. No solo como difusores de la cultura e intermediarios entre creadores y consumidores sino también como estructurantes y constitutivos de la cultura mayoritaria y más influyente de la sociedad industrial (Martín Barbero, 1989; Sfez 1998).

El termino fue acuñado por Theodor Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973). Creo oportuno hablar de los creadores del término, los cuales, pertenecen a le escuela de Frankfurt. Mientras que en EEUU estaban con el funcionalismo (teoría que concreta cual es la función de los medios en la sociedad), en Alemania una serie de autores se dedicaron a debatir sobre la influencia de los medios en Frankfurt, creando un instituto en 1923. Para ellos los fenómenos culturales son igual de importantes que los económicos ya que tienen la misma capacidad de producir desigualdades. Se nutren del marxismo, más concretamente del psicoanálisis, para sus postulados, lo cual, es su debilidad ya qué, aquellos que no compartían la doctrina, no entienden sus teorías. Según Adorno las industrias culturales no están concebidas para fines culturales sino fines ideológicos, políticos, que critican. Lo que se persigue con esta manipulación es el entretenimiento pasivo, la diversión, “cualquier obra se asimila al esquema y persigue la atrofia del espectador” Los parámetros de la industria cultural: un entretenimiento pasivo y una estandarización (estereotipación) como consecuencia una baja calidad. Los productos culturales están concebidos para un uso no comprometido. El publico ya no participa, no piensa, no reflexiona. Adorno dice “lo que se ofrece como nuevo es la representación en formas distintas de cosas idénticas”. El individuo de la industria cultural esta alineado. Un hombre unidimensional.

 Para la escuela de Frankfurt (a la que pertenecen Adorno o Walter Benjamin, autores que citará el prologo en varias ocasiones) la cultura de masas se ha creado con objetivos que persigue la obtención de beneficios. Estamos sometidos a las leyes de mercado. Los medios difunden productos de alta cultura de manera simplificada y vacía de contenido, únicamente para entretener. Adoctrinándonos a través de la diversión, la simplificación y la repetición de contenidos.

No obstante, el concepto Industrias Culturales, ha ido variando, despojándose de connotaciones peyorativas para quedar internacionalmente reconocido por su carácter descriptivo y ser utilizado tanto en investigaciones críticas como en análisis funcionalistas. Tiene la ventaja de unificar el campo de la cultura industrializada con el de los medios informativos. Una evidencia de qué no existe una difusión masiva de la cultura sin un modelo comunicativo subyacente y qué no es posible una comunicación masiva sin que actúe como una maquina de difusión de la cultura.


FUENTES: Bustamante Enrique (2003) Hacia un nuevo sistema mundial de la comunicación. Las industrias culturales en la era digital Matterlart, Armand, (1997), Historias de las teorías de la comunicación